jueves, 13 de noviembre de 2008

Polvo en el aire


-No puedo... no puedo más...-susurró.

Después de todo lo que había echo, después de todo lo que había conseguido, el peso del futuro undía sus espaldas. Se sentó, cansado, y undió la cabeza entre sus manos. Por primera vez en meses, lloró. Lloró por todo lo que había perdido y lloró por todo lo que tendría que perder. Era un chico joven y fuerte, pero había llegado al límite. No podía seguir, no así...
Su maestro, un buen amigo, apoyó las manos en sus hombros, mirandolo.


-Tienes que ser fuerte, chico. Tu vida no ha echo más que empezar. Y el mundo te necesita... no puedes derrumbarte, no ahora.

El chico lo miró a través de las lágrimas.

-No puedo seguir así... me estoy destruyendo. -hablaba en susurros entrecortados por los sollozos- ¿Como puedo enfrentarme al futuro sabiendo todo lo que estoy perdiendo por ello? Si sigo así, al final no seré más que una cáscara vacía. ¿Como voy a servir de algo al mundo si cuando termine no voy a ser nada más que polvo en el aire?

El maestro guardó silencio un rato.

-Siempre somos polvo en el aire -empezó, lentamente-. Sé que el tuyo es un duro camino. Pero tienes que recordar que el sendero que recorres lo marcaste tu mismo, y que lo empezaste por un motivo. Pretendías conseguir algo, perseguías un sueño. ¿Lo recuerdas?

-¿De que sirve conseguir ese sueño si para cumplirlo debes destruir todo lo que antes habías creado? Para eso más vale no soñar.

-Todo acto requiere un sacrificio. Los grandes sueños requieren grandes sacrificios. No debes dejarte vencer por las dificultades, puesto que al final ganarás más de lo que has perdido durante el camino.

El chico dejó escapar un sonido entre sus labios, a medias gemido, a medias carcajada.

-Un sólo sueño no compensa todas las ilusiones, esperanzas y pasiones que estoy destruyendo por obtenerlo. ¿Y si luego no lo consigo? ¿Y si al final resulta haber sido un sueño vano? ¿Y si cuando lo consigo ya no tiene sentido porque me he quedado sin nada? ¿Cómo podré vivir entonces? Tengo miedo de que esté sacrificando todo lo que me importa para nada.

-Todos tenemos miedo alguna vez, como también tenemos dudas, y nos desanimamos. Es normal, no te sientas mal por ello. Pero tienes que entender que lo que haces no es destruirte, sino crecer. Estás aprendiendo lo que significa ser humano. Estás aprendiendo tus limitaciones, estás aprendiendo el valor de las pequeñas cosas. No tengas miedo de haber escogido el camino equivocado. Intenta recordar como eras, como te sentías, al principio de todo. Recuérdalo siempre que te fallen los ánimos. Y recuerda que si lo elegiste, fue porque para ti significaba algo. Ahora estás abrumado por todas tus responsabilidades, porque tienes miedo de defraudar las esperanzas que otros han puesto en ti, y porque temes no poder cumplir tus sueños. Sólo puedo decirte que sigas adelante. Pese a todo. Porque si llegas al final, descubrirás que no perdiste todas esas cosas que ahora crees que estás destruyendo: están ahí, en tu interior- el maestro dió un suave golpe en el pecho de su aprendiz-. En tu corazón.

El chico lo miró con dudas en los ojos, reconfortado a medias por las palabras de su maestro. Este apretó el hombro de su alumno, dándole ánimos.

-No olvides todo lo que has conseguido hasta ahora. Si tu camino terminara aquí y ahora, no estarías vacío. ¡Mira a tu alrededor! Has conseguido muchas cosas ya. Así que no temas quedar vacío cuando termines, porque es imposible que todo esto desaparezca. Llora si lo necesitas, desespérate durante unas horas si quieres. Pero al final respira hondo y piensa en todo aquello que has conseguido. Piensa en el sueño que querías conseguir. Y no temas haberte equivocado, pues tu corazón sabe que sigues el rumbo correcto. No puedo decirte que el camino será fácil: no va a serlo. Pero puedo decirte que a tu alrededor hay gente que te ayudará a compartir tu carga. Confía en ti mismo, chico, porque es la única manera en que podrás superar las pruebas de la vida. Nadie más hará la faena por ti, ya lo sabes. Y recuerda, cuando te pueda el desánimo al futuro, que aún tienes toda una vida por delante. Llena de dolor y tristeza, es verdad. Pero también llena de alegría y esperanza. Quizá seas polvo el el aire, pero haz que ese polvo brille con una luz que equipare a las estrellas. Al fin y al cabo, ellas también son polvo en el aire, ¿no crees?

No hay comentarios: