Para mi eres como una llama. Como un fuego, una hoguera. Eres brillante y alegre. Eres feliz, y vivo, y agradable. Me das confianza y calor. Me abrazas sin tocarme, y me haces sentir como en casa. Eres una llama que arde, baila, vive. Haces que me sienta acompañada. Tu luz me ilumina, me guia en la oscuridad de la noche. Eres un ejemplo a seguir. Pero, por muy cerca mio que estés, no te puedo tocar. No te puedo cambiar, ni influir, ni interpretar. Si lo intentara, la magia moriria. el calor se volvería dolor, y nada sería lo mismo. Así que me conformo con mirar tu luz, sabiendo que estas a mi lado. Compartes mi camino, pero no por ello eres el camino. Eres la luz que lo ilumina. Eres la luz eterna que nunca me permitirá tocarla, tan solo verla y sentirla.
Eres, al fin, como el fuego: Libre.
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